sábado, 25 de abril de 2009

La navaja

No ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias

Guillermo de Ockham

(Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem)

miércoles, 15 de abril de 2009

Como el pobre Morel

Hoy me he puesto a releer temas y ver fotos viejas de quedadas de un foro en el escribo desde hace tiempo. Debe ser que tenía el día melancólico. Está lleno de palabras y fotos de gente que ya no escribe. He pensado que tal vez ese foro perdure cuando yo deje de escribir o cuando ya no conozca a nadie de los que escriben. Todos esos temas y fotos son momentos auténticos que se han quedado congelados. De hecho uno se siente casi indiscreto leyendo, tema a tema uno puede rememorar las sensaciones que le hicieron escribir aquello o empatizar con los textos de los otros.

Es curioso que nadie haya pensado en qué va a ser de todos estos testimonios en el futuro, de como toda esa cotidianidad va a quedar atrapada. Dentro de unos años alguien entrará en la red sólo para hacer arqueología, de la misma manera que ahora alguien puede releer un diario o correspondencia de hace 50 años o encontrar fotos viejas en un baúl. La diferencia es que los testimonios de ahora son mucho más vívidos, más reales, equivalen a reproducir la grabación de una conversación.

La invención de Morel

Todo esto me ha recordado al melancólico libro La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares (Si alguien tiene pensado leer el libro tal vez debería saltarse este párrafo). A toda esa gente grabada, inmortalizada y al solitario fugitivo observando y que finalmente se graba e intercala en los momentos de los demás inmortalizándose a su vez. Como el fugitivo del libro de Bioy Casares me he puesto postapocalíptico y se me ha ocurrido que tal vez alguien en un futuro encuentre esos textos e intercale sus comentarios.

Doctor Who, Poe y Ana Frank

Dándole vueltas a la idea de memento mori también me llamó la atención un episodio del Doctor Who (Silence in the library). Trataba de exploradores humanos que iban con su traje espacial. En él había un dispositivo que tenía una "inercia neuronal" que hacía que uno pudiese seguir comunicándose con los recién muertos por este efecto, algo parecido a El extraño caso del señor Valdemar, de Poe. Lo de Ana Frank es más de baja tecnología, pero no deja de ser una idea espeluznante también, aparte de real.









Morel, Who, Frank y Valdemar

martes, 14 de abril de 2009

Friedrich y las mujeres

Todo lo que me atraes como intelectual me desagradas como hombre.

Lou Andreas-Salomé

martes, 7 de abril de 2009

Donald, Where's Yer Troosers?

La canción

Así reza una vieja canción escocesa. Y así, cantando esta canción, de manera memorable, termina el último episodio emitido de Terminator: The Sarah Connor Chronicles. La escena final muestra a una IA, John Henry, cantando con Savannah, una niña pequeña. El paroxismo llega cuando se asoma a la puerta un T-1000 que ha reemplazado a la madre de la niña, poniendo cara de satisfacción y complicidad. Hay que apreciar la ironía.


La IA John Henry canta con Savannah una canción tradicional


Todas las escenas de John Henry, cuyo principal periférico es un antiguo cuerpo de terminator conectado por cable, con la niña tienen un regusto a Frankenstein al borde del pozo. El momento canción también tiene un toque 2001:Una Odisea en el espacio. HAL cantando.


El ritmo les atrapa y no pueden evitar mover los pies





Una madre de metal líquido se asoma a la tierna escena




Metafísica

El otro momento a recordar de este episodio es un diálogo de John Henry con James Ellison, el ex-agente del FBI y ahora responsable de seguridad de la enigmática empresa Zeira Corps:

JH -El cerebro humano es un ordenador maravillosa su procesador puede realizar 20 mil millones de cálculos por segundo. El almacenamiento es prácticamente infinito. Pero es deficiente
JE -¿Cómo es eso?
JH -No hay donde descargarlos cuando mueren
JE -No exactamente, no.
JH -Su Biblia soluciona este problema introduciendo el concepto de cielo
JE -Sí
JH -Millones de almas sin cuerpo
JE -OK
JH -Y aún así se requiere de todo esto para procesar una sola entidad a la que llaman John Henry.[señalando el megaordenador que compone la IA]
JE -Sí
JH -Es posible que el cielo tenga un problema de hardware.



John Henry no tiene problemas de hardware


Como final y repaso de la serie entera, decir que la primera temporada no pasa del aprobado raspado, no consigue quitarse el regusto a Z. Todo cambia en la segunda, con un espectacular comienzo. Empiezan a incrementar las posibilidades cinematográficas de la serie cambiando poco a poco el lenguaje visual, saliéndose del formato típico plano contraplano de serie de siempre. Los guiones van siendo cada vez más originales y la trama más atractiva. Otra mejora es la evolución estética y psicológica de los personajes, saliéndose de sus estereotipos de serie tradicional.





John Henry vela por Savannah


La segunda variedad

No puedo terminar la anotación sin hablar de referencias. Empezando por los relatos de Philip K Dick La segunda variedad y El mundo de Jon. En el primero se nos habla de un mundo devastado por la guerra en el que robots antropomorfos pelean contra humanos tras un cataclismo nuclear. En el segundo se nos cuenta la historia de un viaje en el tiempo que altera todo el curso de la historia al matar a alguien en el pasado. Ambos están incluido en el segundo volumen del recopilatorio de relatos de Philip K Dick de Minotauro. Las otras referencias ya han sido citadas, 2001:Una Odisea en el espacio y Frankenstein.

De bonus pongo la canción referida, versión de los Irish Rovers:



Edición: Añado la versión con un punto ominoso cantada en la serie, vivan los estereotipos bien llevados:

domingo, 5 de abril de 2009

Axiomatizando

"El bienestar de la mayoría supera al bienestar de la minoría, o al de uno solo"

Spock


Star Trek II: La ira de Khan